Capítulo 10 - Que empiece el espectáculo.

[Narra Jane]
No estaba segura de lo que acababa de hacer,no sé si Sally querrá venir con nosotros dos. Eran casi las cinco de la tarde, mi madre y mi padrastro seguían sin aparecer, aunque era mucho mejor, ya que todavía no me dirigían la palabra. En ese momento llegó ella. Fui gritando su nombre a la vez que bajaba las escaleras.
- ¡Jane! Que día tan aburrido, al final me he tenido que ir sola porque a Stella le ha surgido un problemilla.-se quejó Sally-
- ¿Tienes algún plan para ésta noche?.-le pregunté deseando que dijera que estaba libre.-
- No, no tengo nada planeado ¿Por qué? ¿Quieres que nos vayamos de fiesta?
- De cena mejor dicho. Es que verás, Bill ha venido antes, me lo ha explicado todo y nos ha invitado a las dos a salir con él ésta noche.
- !OMG!¡Es una indirecta para hacer un trío!-rió Sally a carcajadas.-
- !No gilipollas¡Fui yo quien le provoqué y además también va a venir su hermano,ese que te pareció tan guapo.-le dije dándole pequeños codazos y guiñándole un ojo.-
- Entonces ésto va a estar interesante.-Sonrió alegremente.-
- Son las cinco y hemos quedado a las ocho, así que venga, a vestirse o lo que tengas que hacer.
- Cómo usted ordene mi señora.-se burló Sally.-

[Narra Bill]
Llegué a mi casa y como siempre el ambiente estaba cargado de malas vibraciones. Estoy empezando a tenerle asco a todo esto. Creo que será mejor irme yo por mi cuenta a otro lado donde no tenga que soportar a los prepotentes que habitan aquí. Mi hermano estaba en el sofá tumbado tranquilamente cómo todos los días con cara de circunstancias y aburrimiento.
- Cambia la cara Tom, ésta noche tenemos una cita.-Le dije para intentar que pusiera una cara más fácil de mirar.-
- Has convencido a Jane y a Sally.-Sonrió maliciosamente.- Entonces esto va a ser interesante.
- Intenta no parecer un borde amargado, que si no la chica sale corriendo...-me reí y a Tom no le hizo ninguna gracia.-
- Tranquilo hermanito, cambiaré la cara sólo por ésta noche. Después de tirarme a Sally, me beberé cada gota de su sangre.
- Eres un cabrón sin escrúpulos ¿sabías?
- ¿Por qué dices eso? Tú estás haciendo exactamente lo mismo con Jane, pero la única diferencia es que no la quieres matar Bill.¿Acaso tienes miedo de hacerlo?.-me preguntó desafiante.-
- No tengo ningún miedo de matarla, pero no lo hago por varias razones..-resoplé-
- ¿Ah, sí?¿Cuáles?
- Aunque te las dijera, no me prestarías ninguna atención y te limitarías de decirme que tengo miedo de matarla, así que no voy a perder el tiempo contándote las cosas para que luego nunca escuches.-Le dije con un tono cortante.-
- Me enfermas cuando te pones en ese plan. No me extraña que seas el fracasado de todos los vampiros que vivimos en ésta casa.-me reprochó él.-
- Tienes una actitud jodidamente arrogante Tom. Eres igual que Connor de insoportable. Así que si quieres matar a la amiga de Jane, ya puedes ir cambiando la cara.
- Cambiaré la cara cuando me de la gana. ¿Entendido? No tengo que estar dando explicaciones a alguien como tú.-dijo poniéndome cara de asco.-
- ¿Vas a venir o no?.-Le pregunté cambiando el tema.-Porque es a las ocho y son casi las seis.
- Déjame en paz, limítate a avisarme cuando sean las ocho menos cuarto.
- Está bien. Pero a mí no me hables como si fuera tu puto criado, imbécil.-Dije saliendo del salón y dando un sonoro portazo.
La actitud de Tom me saca que mis casillas. No sé que razones tiene para ser así de egocéntrico y de amargado. Parece que el mundo entero le cae mal. No voy a matar a Jane solo porque a él le dé la gana y tampoco voy a dejar que mate a Sally, esa muchacha no merece morir en las manos de esa bestia que se hace llamar mi hermano.

Capítulo 9 - Una visita inesperada.

[Narra Jane]
Mi madre y su novio han pasado todo el día de mal humor conmigo, eran ya las 21:00 de la noche. Sally había salido y Frederick y mi madre también. Yo decidí quedarme en casa para no tener más problemas. Me metí al baño para ponerme el pijama, como estabamos en verano me puse unos pantalones cortos y un top suelto que eran mis mejores amigos en verano cuando esa temperatura preciosa no hacía más que joder. Cuando salí del baño, para mi sorpresa me encontré a Bill sentado en el borde de mi cama.
- ¿Qué coño haces tú aquí?¿Cómo cojones has entrado?.-le pregunté casi a gritos.-
- Vengo a explicártelo todo.-Me dijo con una voz muy relajada.-
- Pues ya estás tardando, cariño.
- Cuando me fui del parque, me quedé pensando...Te he metido en un lío ¿Verdad?.-me preguntó intentando darme lástima, pero mi enfado era superior a cualquier expresión de pena.-
- Mi madre si se ha enfadado bastante, se puso histérica...me dijo que cómo podía haberme acostado con un extraño, que era menor de edad y no me extraña que se pusiera así porque no llevo ni una semana en el país y ya me estoy metiendo en problemas. -dije llevándome las manos a la frente.-
- ¿Quieres saber la verdad?.-me preguntó muy humildemente y asentí con la cabeza.- Verás, esa noche, yo bebí de más e intenté provocarte, pero después la cosa se nos fue de las manos, ni tú ni yo pudimos controlarnos y digamos que pasó lo que pasó.
- Entonces...realmente pasó...
- Sí, y Jane.- dijo cogiéndome una mano.- Ahora me siento culpable porque todavía eres una cría y yo te doblo en edad.-
- ¿TIENES CUARENTA AÑOS?.- pregunté más que sorprendida.- BILL NO ME JODAS, QUE ERES UN CUARENTÓN...
- No, Jane, no tengo cuarenta años.- me contestó poniendo los ojos en blanco.-
- ¿Entonces cuantos tienes?
- Oye, he venido a explicarte lo que pasó anoche, no a contarte mi vida.- me cortó.-
- Bueno, pero quiero saber si me he acostado con una momia o no. Estoy en mi derecho. ¿Edad?
- 235.
- Venga, y yo soy gilipollas.
- Un poquito sí...
- Eres imposible.- y puse cara de asco.-
- El caso es que vengo a disculparme por lo que pasó ayer. Me siento culpable y quiero pedirte perdón por ello.
- Está bien.- dije dirigiéndome a otra parte de la habitación para no tener contacto visual directo con él porque me pone nerviosa mirar a una persona a los ojos durante más de 3 segundos.- Ya no importa, lo que pasó, pasado está, no te sientas culpable, porque no lo eres. -dije mirándole fijamente a los ojos a pesar de no quere hacerlo. -Yo también tengo la culpa, por provocarte o por lo que hice; que no tengo ni puta idea que es, por cierto...
- Jane.- Me dijo acercándose al sitio en el que yo estaba.- ¿Siempre te auto-atacas?
- ¿Auto-atacarme? La verdad es que tiendo a soltar muchas gilipolleces por la boca que no tienen sentido alguno y oye, bien entretenido que es. -Y él empezó a acercarse a mí, tanto que podía sentir su respiración.-
- Jane...¿qué harías tu sin lengua?- Me dijo acercando su cara más a la mía y cogiendo mi barbilla con suavemente.-
- Pues seguramente encontraría la manera de seguir hablando, porque créeme que si no hablo me puedo morir de aburrimiento. Además siempre me estoy quejando en voz alta porque libera tensión y al fin y al cabo es entreten...- me besó de manera inesperada y mi reacción más inmediata fue apartarme.- ¿Pero qué haces? .- le grité.-
- Me estabas mareando con tanta incontinencia verbal.-
- Con un simple "cállate" habría bastado, eh.
- Pero si lo estabas deseando...-dijo acercándose a mí otra vez.-
- Lo que estoy deseando es que te largues. Así que ¿Te puedo invitar a salir?
- Por supuesto que sí.- 
- Sal de aquí por favor. Y cierra la puerta o la ventana, según por dónde quieras salir porque no sé por dónde mierda has entrado.
- Me encanta tu rebeldía. Te hace jodidamente sexy.- Me dijo mordiéndose el labio de abajo; el muy hijo de puta sabe que está más que atractivo haciendo eso.- 
- Me encanta tu rebeldía.- le imité poniendo voz de niña pequeña.-
- Quiero que vengas a cenar conmigo esta noche.- Me preguntó cogiéndome por la cintura y acercándome a su cuerpo.-
-Y si voy a cenar contigo hoy...¿Me dejarás en paz y no volverás a aparecer?.-dije apartándome de él.-
- Si así lo quieres, así será. Pero esta noche vienes conmigo.
- Está bien. Pero después cumples tu parte.
- De acuerdo; a las 20:00 me paso por aquí. - me dijo dirigiéndose a la puerta.- Quiero que traigas a tu amiga, creo que mi hermano y ella podrían ser buenos amigos.
- Vale, vendrá conmigo. Y ahora lárgate.- le dije abriendo la puerta de la casa para que por fin se largara.-
- Hasta entonces, muñeca.- Me dio un fugaz beso en el cuello y se largó.-
Cerré la puerta de un portazo y me dirigí al baño a lavarme el cuello. La prepotencia de Bill me enferma de una manera que no puedo ni si quiera describir. Voy a ir con él a esa puta cena y espero que después desaparezca de mi vida porque lo único que me está dando es dolor de cabeza y problemas.

Capítulo 8 - Cuéntame la verdad.

[Narra Jane]
Creo que lo que me dijo Bill de haberme emborrachado es verdad, de lo contrario nada explica mi resaca de ésta mañana. Lo que realmente dudo es sí me he acostado con él. Estoy muy confusa porque no consigo acordarme de nada.

- ¡Jane! ¡Pasa inmediatamente a casa!-me gritó mi madre desde la otra acera.-
- ¡Mierda!-susurré dirigiéndome a mi casa. Pasé y mi madre cerró la puerta con un sonoro portazo.-
Sally estaba a su lado y se fue a su habitación sin decir nada, mientras que en el salón quedaba yo sola con mi madre y Frederick.
- Jane,¿Lo que dijo ese chico era verdad?.-preguntó mi madre en tono muy frío.-
-Yo...-en ese momento un flashback me vino a la mente.-

*Flashback*
Bill me abrió la puerta trasera y entré; él entró después, cerrando la puerta.
- Un bonito coche.-Dije.-
- Hay otras cosas más bonitas por aquí.-Dijo él acercándose a mis labios y juntándolos. Me empezó a besar salvajemente. Yo me senté sobre su regazo y puse mis manos sobre su nuca.-
- ¿Esto era lo que querías, Bill? -mientras le hablaba, le fui quitando la camiseta y la tiré en el suelo del coche.-
- Tú también lo querías.-me volvió a besar y me quitó el vestido.-
*Fin del flashback*

- ¿Tú qué? ¡Jane contéstame de una vez!-me gritó mi madre desesperada.-
- ¡Sí joder!-le contesté de mala gana.-
- Vale,vale.-dijo intentando calmarse de lo histérica que estaba.- Pero dime una cosa...¿Utilizaste protección?-Me quedé pensando...La verdad es que no me acuerdo, pero le voy a decir que sí para que no se arme otro lío.-
- Sí lo usé.-dije bajando la cabeza.-
- ¿Pero en qué mierda estabas pensando Jane? ¡Eres menor de edad y encima no lo conoces de nada!-me volvió a gritar.-
- Sí, sí, lo siento...-dije bajando la cabeza.-
- ¿Qué lo sientes? Eso no me sirve de nada. Mira, ya no quiero saber nada más...lárgate de aquí.-dijo mi madre señalando las escaleras.-
Me fui del salón hacia mi habitación. Dentro de la habitación estaba Sally.
- Lo has oído, ¿verdad? -pregunté y ella asintió con la cabeza.-
- Pero...¿Realmente te acostaste con él?-preguntó preocupada.-
- No lo sé Sally, no me acuerdo de nada joder. Necesito hablar con él y que me lo diga todo...
- Pero Jane,¿estás segura de que no te violó?
- No...no lo sé, no me acuerdo de nada. Me voy a dormir un rato, me duele la cabeza...luego hablamos.-me dí la vuelta y me encerré en mi habitación. Necesitaba pensar, estar a solas. El flaskblack que tuve mientras mi madre me echaba la bronca daba a entender que yo lo provoqué a él para que mantuviéramos relaciones; pero igualmente estoy confundida.

[Narra Bill]
Me imagino el lío en el que he metido a Jane, pero ahora no sé que más hacer con ella. De momento ya tengo todo lo que quería, excepto matarla. No puedo, por más vueltas que le doy al asunto más se me quitan las ganas de hacerle daño. Por mí mismo no puedo solucionar este problema así que no me queda más remedio que pedirle ayuda a Tom.
[.......]
Llegué a mi casa y ahí me encontré a Tom y a Connor. Ese tío era la última persona a la quería ver en el día de hoy.
- Tom, tenemos que hablar.-dije mirando a Connor con cara de asco.-
- ¿Jane?-me preguntó Connor.- Y hola, yo también me alegro de verte.
- No te metas dónde no te llaman ¿quieres?-le contesté lo más borde que pude.-
- Tranquilito Bill, que no pasa nada.-me dijo Tom con ese tono chulo que le caracteriza.- A ver si adivino ¿No sabes cómo matarla?
- Pues...sí.-admití tragándome mi orgullo.-
- ¿Te gustó la noche que pasaste con ella? -preguntó Connor y yo alcé una ceja.- Lo suponía. Pues mira, te voy a dar un consejo, ve y explícale todo bien y hazte su amigo, pasa mucho tiempo con ella y después de eso caerá a tus pies y cuando menos se lo espere, ¡zas! y adiós.
- Eso suena bien. Yo que tú lo haría.-me dijo Tom.-Te has cruzado con una chica que no se encuentra todos los días. Esa rebeldía hace a una mujer mucho más atractiva. ¿No es así Connor?
- Desde luego.- Contestó él.- Juega bien tus cartas Bill.
- Tienes razón.-suspiré.- ¿Y vosotros dos?¿No vais a hacer nada?
- Sí.-me contestó Tom.- Me interesa la amiga de tu víctima.-dijo moviendo su piercing del labio.-
- Se me ha ocurrido algo para que tengas mejor acceso a ella y que confíe en tí.-dije sonriendo con complicidad.-
- Bueno, yo me largo. Voy a picar algo.-Dijo Connor dirigiéndose a la puerta.-Piénsalo Bill.- y desapareció.-
- Vale, te cuento: yo voy le explico bien las cosas a Jane, me gano su confianza y le digo que quedemos tú, Sally, ella y yo. No se negará y tú puedes hacer lo mismo que hice yo con ella.-
- ¿Drogarla? No creo que me haga falta.-dijo.- Vamos, ve, no pierdas más el tiempo, que ya tengo apetito por esa tal Sally.

Capítulo 7 - No puedo hacerlo, Jane.

[Narra Bill]
¿Por qué no podía? ¿Por qué no era capaz de matarla? Por una parte tengo ganas de probar su sangre, pero por otra siento la necesidad de protegerla...Cuando despierte ¿qué le digo? Después de esto me odiará, por haberla drogado y por todo lo que pasó esta noche. Mi plan era acabar con ella. Pero soy incapaz de hacerlo.

[Narra Jane]
Acaba de sonar el despertador, son las 9 de la mañana. Me he levantado con muchísimo dolor de cabeza y no me acuerdo absolutamente de nada, solo de pequeños detalles. Bajé las escaleras con intención de ir a desayunar.
- ¡Jane! ¿A qué hora llegaste anoche? ¡Estabamos preocupados por ti! - me gritó mi madre.-
- Jane, nos tenías que haber avisado.-me dijo Frederick.-
- No me acuerdo de lo que paso ayer ¿Vale? Ni siquiera sé cómo llegué a casa...¿Dónde está Sally?
- Salió a dar una vuelta con Stella.
- Joder.-me dí la vuelta y me fui a mi habitación.-
Me duché y me arreglé. Tengo que salir a buscar a Bill. De lo único que me acuerdo es que estuve con él anoche. Necesito que me lo explique todo.

[Narra Bill]
- Buenos días Bill - dijo mi hermano de mala gana.- ¿Qué tal tu noche?
- Perfecta, todo salió como lo planeado.-sonreí victorioso.-
- ¿Y la mataste? ¿O no fuiste capaz? .- dijo entre risas.-
- No, no la maté. Todavía no quiero hacerlo, disfruté mucho anoche con ella y quiero aprovechar un poco más.
- Vaya, vaya ¿Desde cuándo te dejas ablandar por una humana?

- No es ablandar. Solo que con todo lo que me dio ayer, ¿por qué no prolongarlo?
- Si eso es lo que quieres, hermanito...
- Sí. Por eso quiero alargar el asunto, pero ahora mismo se tiene que estar preguntando que pasó anoche y voy a ir a explicarle unas cuantas mentiras.-reí por lo bajo.-
- No metas la pata Bill, es la primera vez que algo te sale bien...no lo jodas en el último momento.-
- Cállate imbécil y gracias por tu ayuda..-dije irónicamente, abrí la puerta y me fui.-

[......]
Fui al sitio donde me choqué con Jane la primera vez. Me inventaré alguna historia para que me crea y a lo mejor se pone interesante la cosa. De repente en ese momento la vi, estaba en un parque en frente de su casa. Me acerqué a ella sin gesticular palabra, quería que ella me hablara primero.
- ¿Qué pasó anoche, Bill? .- preguntó molesta.-
- ¿No te acuerdas?.-me acerqué a ella.- ¿Cómo se te puede haber olvidado?- le susurré cogiéndola de la barbilla.-
- ¡Dime la verdad y déjate de preguntas!- me gritó furiosa.-
En ese momento una mujer se asomó a la puerta, por los rasgos de su cara, supongo que sería su madre. Bien, la fiesta se empieza a animar.
- ¡Contesta joder!- ahora sí que me está empezando a hartar.- ¿Qué pasó?
- Pasó que te emborrachaste como nunca antes en tu vida y me fuiste a buscar.- dije acercándome cada vez más a ella.-
- Me ayudas bastante.-dijo irónicamente
- ¡Te acostaste conmigo! ¿Te refresca eso la memoria?- le grité. Por tanto todos los de alrededor se han enterado.-
- ¿Qué? No...no puede ser...

- Sí, sí puede ser. Que no te acuerdes ya es otro tema.
- Joder...¿pero cómo ha pasado?.- dijo llevándose ambas manos a la cabeza.-
- Verás; cuando dos personas se atraen...
- Sé perfectamente cómo pasó.- me interrumpió.-
- Entonces ¿Para qué preguntas si ya lo sabes?- intenté sacarla de sus casillas un poco.-
- Mira, déjame en paz.
- Cómo quieres nena; pero luego no me vengas a buscar para que te dé lo que te dí ayer y tanto disfrutaste.- le dije dándole un beso en la mejilla; siempre al tanto de que su madre lo viera todo.-
Jane no articuló palabra alguna, simplemente se quedó estática en el sitio. Me encanta esta mujer, su carácter me excita de sobremanera.
Ahora me imagino los problemas que tendrás con tu madre; pero lo que está claro es que vendrás a buscarme, porque yo mismo me encargaré de que no puedas vivir sin mí, Jane. 

Capítulo 6 - ¿Intención o error?

Bien, ya nos conocemos, sé quién eres y no te voy a dejar escapar tan fácilmente.

-  Parece que el destino quiso que nos volviéramos a encontrar. -Dije intentando poner una sonrisa.-
- Sí, qué bien. -Dijo ella con total desinterés.-
- ¿No te alegras de verme? 
- Sí...no...quiero decir, sí. -Dijo ella tartamudeando.- Mejor será que me vaya adentro, mis amigos deben estar esperándome. -se levantó del sitio dispuesta a irse pero la cogí de la muñeca impidiéndoselo y me levanté.- Tú te quedas aquí. Seguro que tus amigos no te echan en falta. Quédate un rato más conmigo, preciosa. -La pegué a mi cuerpo, acerqué mi cabeza a su cuello y en él dejé un corto beso.-
- No Bill, que me están esperando, joder...-dijo ella nerviosa separándose bruscamente de mí.- 
La niña me estaba empezando a tocar los huevos. La tendré que me emborrachar, uhm... se puede poner interesante todo esto.
- Vale, está bien, lo siento. -Dije soltándola.- ¿Qué te parece si pasamos juntos y tomamos algo tú y yo? -Fingí una sonrisa dulce.-
- Hm... bueno, está bien.
De momento mi plan marchaba a la perfección. Iré a por algo de beber y le echaré una pequeña pastilla que la dejará medio embriagada.
- Quédate aquí, yo iré por algo de beber. ¿Qué quieres? 
- Un JB con coca-cola. -contestó ella sentándose en un sofá que había en la discoteca-.
- Vale, pues voy a por ello. -
Fui a la barra a pedir las bebidas. Minutos después me las dieron y sin que nadie se diera cuenta eché una pastilla en la bebida de Jane. He hecho una apuesta con Tom y no me voy a dar por vencido tan fácilmente, no quiero volver a darle el placer de demostrarle que él tiene razón.
- Toma. -Dije ofreciéndole el vaso y ella la cogió.- 
- Gracias. -sonrió ella dándole un trago a la bebida. Yo no bebía, solo me limité a observar. Cuando Jane se terminó la bebida, yo sonreí victorioso. 
- Hm... me siento extraña. -Me acerqué a ella.-
- ¿Cómo te sientes, Jane? -Susurré en su oído.-
- Pues... me siento tan bien... -Contestó ella cerrando los ojos. A lo que yo posé mi mano sobre su muslo, acariciándolo lentamente.- De echo; mejor que nunca. -Añadió mirándome a los ojos, posando su mano sobre mi cuello.-
- Uhm... me alegra oír eso. - Me acerqué lentamente a sus labios, podía sentir su respiración y ella la mía. Pero antes de que pudiera besarla, me separé de ella rápidamente.- Ven conmigo.- Le cogí suavemente la mano y la llevé hacia afuera del recinto, donde estaba mi coche; un poco más alejado de la discoteca. Le abrí la puerta trasera, ella entró sin rechistar y yo entré después, cerrando la puerta.- 
- Un bonito coche. -Dijo.-
- Hay otras cosas más bonitas por aquí. -Me volví a acercar a sus labios, y los junté. La empecé a besar salvajemente. Ella se sentó sobre mi regazo y puso sus manos sobre mi nuca.-
- ¿Esto era lo que querías, Bill? - Mientras me hablaba, me fue quitando la camiseta y la tiró en el suelo del coche.-
- Tú también lo querías. 
Y sobraron las palabras, al segundo le quité el vestido dejándola nada más que en ropa interior. 
Me quité mi molesto pantalón, y le fui besando el cuello, mientras le quité el sujetador  y...
bueno, supongo que ya sabéis como acabamos. Ahá, exacto; acertasteis. 
Cuando acabamos, Jane se quedó dormida y yo me quedé observándola. Aún me quedaba una cosa...y era matarla. Beberme su sangre. Pero...no...no puedo. ¿Por qué mierda no puedo hacerle daño? Me siento incapaz...

Capítulo 5 - ¿Encantada de conocerte, Bill?

A la mañana siguiente, me sonó el condenado despertador a las ocho de la mañana. Ni en vacaciones me libro de la mierda esta. Le apago y luego de ello me levanto sin hacer ruido para no despertar a Sally. Me duché y me arreglé y luego bajé a desayunar, pero mi madre me lo impidió.
- Jane, saca la basura. -Pidió mi madre con la bolsa de basura en la mano.-
- Ya vooooooy. -Contesté de mala gana cogiendo la bolsa y saliendo de la casa. Pero para mi suerte, me tuve que chocar otra vez con alguien, y me caí de culo al suelo. Yo creo que se han puesto de acuerdo todos para que cada vez que salga me caiga.- 
- ¡Ey, mira por donde vas! -Dijo un chico casi gritándome.-
- No es mi culpa, tú ibas corriendo, así que mira tú por donde vas. -Contesté levantándome. Y entonces le vi, el chico de ayer, el que tanta intriga me causó, el que tenía pinta de gótico según Stella.- 
- No, tú parecías estar en otro mundo y ni te enteraste. Por lo menos te podrías haber apartado. 
- Bueno, ¿y qué más da? El caso es que te tendrías que disculpar por lo menos. 
- Ni de coña. -Contestó él preparándose para irse de mi vista.- Adiós, preciosidad. -Sonrió de medio lado y se fue.-
- Imbécil. -Susurré.- 
- Te he oído. -Dijo a distancia de mí.-
- ¡Pues vale, es lo que eres! -Grité. Y finalmente, él desapareció.- 

[Narra Bill.]
¿Disculparme yo? Já, ni en sus sueños. Pero debo admitir que la chica era guapa, bastante además. Me he quedado con las ganas de probar su sangre, ojala tenga la oportunidad de volverla a ver. 
[---] 
- ¡Tom! ¿Dónde estás? -Grité entrando a mi casa.-
- Aquí estoy. -Contestó mi hermano, y yo me senté en el sillón, y él hizo lo mismo.
- Te tengo que contar una cosa.
- Cuéntame, querido hermano.
- Hoy me choqué con una chica bastante guapa.
- ¿Y? -Dijo él con total desinterés.-
- Gilipollas, me quiero beber su sangre, le tengo ganas. 
- Y por qué no mejor, primero te la follas, que veo que hace tiempo que no lo haces con nadie. -Contestó él entre risas.-
- Uhm... no es mala idea, me gusta. 
- Es que de los dos; yo soy el gemelo listo. -Dijo con superioridad. Me dan ganas de darle una hostia.-
- Idiota.
- Ya sabes hermanito, disfruta, que la noche es joven y esa chica también. Así que no desperdicies el tiempo.
- ¿Pero dónde la puedo encontrar? Y ni se te ocurra decirme que en su casa, porque sabes que no iré.
- Hm… no sé, es joven, quién sabe, hay muchos sitios; discotecas, bares…
- Ya sé en dónde buscar. –Dije sonriendo con malicia.-
- Buena suerte… Billy. 
- Vuelve a llamarme Billy y te saco los ojos con el tenedor. -Dije abriendo la puerta para disponerme a salir por ella.-
- Suerte Billy. -Dijo él riendo.-
- Que te jodan, Tomy. -Cerré la puerta de un golpe, casi me la cargo, pero por suerte yo creo que la puerta se acostumbró a recibir innumerables golpes.-
La buscaré, aparte de echar un buen polvo, me beberé su sangre. Dos por uno, esto es genial.


[Narra Jane.]
- ¡Sally date prisa! –Dije levantando la voz.-
- ¡Ya voy, ya voy! –Dijo bajando las escaleras.-
- ¿A qué no sabes con quién me choqué esta mañana?
- Lo sabré cuando me lo digas. –Rió ella levemente.-
- Con el chico que parece gótico; el tal Bill. –Resoplé.- Es un borde y un jodido orgulloso.
- ¿Y estaba con su hermanito guapo?
- No, iba solo. Pero me sigue llamando mucho la atención ese muchacho…


[***]
Stella e Isaac nos llevaron a la discoteca más famosa –según ellos- de todo Hamburgo.
- Oye Sally, me voy un momento fuera a tomar el aire, estoy algo agobiada con tanta gente. –Dije dándole el último trago a mi copa.-
- ¿Quieres que vaya contigo?
- No, no hace falta, no te preocupes. –Sonreí.- Nos vemos luego.
Salí de aquel condenado lugar y me fui a la calle como ya dije; para tomar el aire. Ni siquiera sabía qué hora era, en fin, no creo que eso importe. 


[Narra Bill.]
Llevaba buscándola toda la santa noche, y nada, ni rastro de ella. Ogh. Ya desesperado me apoyé sobre la pared, cogí un cigarrillo, y me puse a fumar. Cuando terminé de fumar, ya dispuesto a irme, la vi. Estaba sentada en un banco. Llevaba unos bonitos tacones color negro y un vestido ceñido color vino que lucía su cuerpo.
- Pero mira a quien tenemos aquí. –Dije acercándome a ella.-
- ¿Tú otra vez? –Dijo en tono cortante.-
- Creo que no nos han presentado, me llamo Bill. –Dije sentándome a su lado, tendiéndole mi mano.-
- Yo soy Jane. –Me estrechó la mano.-
- Un placer conocerte Jane. –Le besé la mano y luego miré fijamente sus ojos color verde.-
Bien, ya nos conocemos, sé quién eres, y… no te voy a dejar escapar tan fácilmente.

Capítulo 4 - Isaac & Stella

- Chicas, ayudadnos por favor. -Dijo mi madre pasando con Frederick cargada de bolsas.- Id al coche e id pasando las bolsas que podáis. - Sí, ya vamos.  -Dijimos ambas a la vez saliendo al coche a por las bolsas como nos había dicho. Sin embargo, cuando iba a pasar, me choqué contra alguien e hizo que se me cayeran las bolsas que tenía en las manos y que todo lo que había en su interior se esparciera por la acera.- ¡Ey, cuidado!
- Lo... lo siento mucho. -Dijo un muchacho recogiendo las bolsas que se me habían caído, entregándomelas de nuevo.- 
- Ya no importa. Gracias por recogerme las bolsas, por cierto. -Cogí las bolsas que él me había recogido.-
- ¡Pero mira que eres torpe, idiota! -Dijo una muchacha acercándose riendo.- Hola soy Stella. -Me tendió la mano sonriente y se la cogí.- Y éste gran patoso de aquí con el cual has chocado es Isaac.
- Yo soy Jane. -Les sonreí.-
Stella era bastante guapa. Tenía un rubio en el pelo que parecía oro, le llevaba ondulado. Era más o menos de mi estatura. Isaac era un chico atractivo, tenía el pelo castaño y un tanto alborotado. 
- Tú no eres de por aquí, ¿cierto? -Preguntó Stella.-
- No, yo soy de España.
- Ya se notaba en tu acento que el alemán no es tu lengua materna.- se rió Stella.- Pero eh, tu acento es una monada.- y le devolví la sonrisa.-
- ¿Y qué haces en Hamburgo? -Preguntó esta vez Isaac.-
- Vacaciones, unas largas vacaciones. 
- ¿Y es la primera vez que vienes? 
- Sí, la verdad que sí.
- ¡Entonces será mejor que te enseñemos el lugar! -Dijo entusiasmada Stella dando palmitas y saltitos sonriendo.- Esta tarde vendremos a por ti a las seis, ¿vale? Venga, hasta entonces, adiós Jane. -Se fueron y me dejaron con la palabra en la boca. Que confianza cogieron enseguida, pero se les ve muy majos. Les tendría que haber preguntado si se podía venir Sally también. En fin, luego se lo preguntare.- 
- ¡JANE! ¡Date prisas y entra a casa de una vez! -Gritó mi madre desde adentro, y no tuve otra opción más que pasar y dejé las bolsas en la cocina. Luego subí a mi habitación en la cual ya se encontraba Sally.- 
- Me encanta esta habitación, ¿sabes? Es grande y tiene unas camas super cómodas. -Se tumbó sobre una de las camas, acomodándose y cerrando los ojos.-
- No me digas que piensas dormir. -Reí levemente.-
- Por supuesto que no. Solo quiero relajarme un rato. 
- Ya claro. -Reí.- Oye por cierto, antes conocí a dos muchachos bastante majos. Dijeron que querían enseñarme la ciudad. ¿Quieres venirte? -Me senté sobre mi cama.-
- No sé... Te invitaron a ti, no a mí.
- No pasa nada, yo les pregunto y ya. Puede que no les importe. 
- ¿Y cómo se llaman?
- Stella e Isaac. -Contesté tumbándome sobre la cama.- Vendrán a las seis.
- Aún es pronto, son nada más que las tres de la tarde, yo dormiré un poco. -Ella fue cerrando sus ojos hasta caer en sueños, y yo hice lo mismo.-


[---]


Ding dong. Tocaban a la puerta, supuse que serían Stella e Isaac. Fui a abrir, y sí, eran ellos.
- ¡Hola! -Sonreí invitándolos a pasar.-
- Que casa tan bonita. -Dijo Stella mirando a su alrededor y sólo sonreí.-
- Hola. -Saludó Sally bajando las escaleras.-
- Hey. -Saludaron Isaac y Stella a la vez.-
- Ehm, Stella; Isaac, ¿os importa que me lleve a Sally? Es una amiga mía. 
- ¡Claro, que se venga, cuantos más mejor! -Sonrió Stella.- 
- Bien, pues vámonos. 
Salimos y dejamos que Isaac y Stella nos guiasen, nosotras no sabíamos a dónde podríamos ir. Ellos nos dijeron que nos enseñarían la ciudad, y lo hicieron. Hamburgo es una preciosa ciudad, vimos muchas cosas. Y luego de una larga caminata de aquí y allá nos sentamos en una terraza en donde vendían unos helados. 
- Estoy muerta, he andado demasiado. -Dijo Sally.-
- Tú es que tienes poco aguante. -La contesté.- 
- Déjame. -Sally miró hacia la puerta en donde se pedían los helados.- Eh, mira a aquellos dos. -Dijo ella mirándolos atentamente.-
Me giré y entonces los vi. Dos chicos aparentemente muy altos con un aura bastante misteriosa. 
Uno de ellos llevaba una ropa que parecía ser dos o tres tallas más grandes que él, con trenzas de color negro y llevaba unas gafas de sol negras que tapaban sus ojos. El otro muchacho era muy distinto al otro. De aspecto andrógino: él no llevaba la misma ropa que su acompañante; él la llevaba "normal". Llevaba un cresta y su cabello era color negro, y también llevaba unas gafas de sol negras que cubrían sus ojos.
- ¿Quiénes son? -Pregunté intrigada a Stella.-
- Los gemelos Kaulitz. -Contestó mirándolos de reojo.-
- ¿Gemelos? -Pregunté asombrada. Yo no les veía el parecido.- Yo no veo que se parezcan mucho.
- Lo sé, es que tienen distintos gustos, pero los mismos rasgos.
- Oh. ¿Y cómo se llaman?
- Thomas y William Kaulitz, pero todo el mundo les conoce como Tom y Bill. Tom es el de las ropas tres tallas más que él, y Bill el que parece gótico. 
- ¿Has hablado antes con ellos? -Pregunté mirando a Stella.-
- No, nunca. De echo... ellos no hablan con nadie, no se relacionan. Los ves en muchos sitios, pero nunca los verás hablando con alguien que no sea de su... familia, por llamarlo de alguna manera.
- ¿A qué te refieres? No comprendo.
- Haber, ellos dos viven con más gente que supuestamente es su familia. Haber te lo explico desde el principio mejor. Hace un año o así, vinieron un grupo de siete personas, cinco hombres y dos mujeres. Ellos decían ser la familia Drescher, pero nadie les creía. Entonces el alcalde de aquí quiso hablar con ellos. Ellos admitieron que no eran familia del todo. Solo seis de ellos estaban aparentados. Y milagrosamente convencieron al alcalde de que podían firmar como la familia Drescher. ¿Comprendes ya?
- Creo que sí. -Respondí no muy segura.-
- Pero desde que ellos aparecieron no paran de suceder cosas extrañas. -Contó Isaac.-
- ¿Cómo que cosas extrañas? -Preguntó Sally.-
- Desde que ellos aparecieron no para de desaparecer gente, incluso algunas han aparecido muertas en las calles o en sus propias casas. Hay muchísima gente que sospecha que ellos pueden estar detrás de todo esto. La policía les preguntó pero ellos lo niegan una y otra vez, aseguran que en su vida han matado a alguien, y que jamás lo harían. También dicen que son vegetarianos los siete, pero... no sé.
- Bueno, ya, pidamos unos helados o una botella de agua. De lo contrario moriré de deshidratación. -Dijo Stella.-
- Sí, vamos. Contesté.-


[---]


- Buenas noches chicas. -Mi madre cerró la puerta de la habitación y se fue, dejándonos a Sally y a mí solas. Era tarde y nos íbamos a dormir.-
- Que sueño tengo. -Dijo Sally en voz baja acomodándose en su cama.-
- Ya ves. -Cerré los ojos y se me vino la imagen de aquellos dos chicos que vimos esta tarde, eran tan misteriosos. Pero el que parecía gótico... Bill creo que se llamaba, me pareció muy atractivo... Quisiera volver a verle.- Sally... ¿no te intrigan un poco los dos chicos que vimos esta tarde? -Pregunté en voz baja.-
- Bueno... no sé. Un poco, la verdad.
- Me gustaría volver a verlos, no sé por qué.
- Si viven aquí y sales mucho, a lo mejor les vemos otra vez. Pero no le des vueltas al asunto, ahora duerme, que mañana seguramente sea un día largo. 
Al cabo de un rato, caí dormida.